La pedagoga Julia Aguilar sobre el estrés en la infancia

El estrés en la infancia puede desencadenarse por diversos motivos. Relaciones familiares complicadas, sobrecarga a nivel educativo, falta de tiempo libre y de juego, o problemas de salud. Todos estos factores, de forma aislada o en conjunto, pueden incidir en los niveles de ansiedad y agotamiento de nuestros niños.

El estrés, el miedo y la incertidumbre que generó la pandemia del COVID-19 han afectado a niños y adolescentes. Muchos de ellos pueden tener problemas para lidiar con el estrés. Se estima que alrededor de 140,000 niños perdieron a un padre, madre o abuelo a causa del COVID-19 en los Estados Unidos, por ejemplo. Muchas familias también han perdido trabajos y estabilidad financiera durante la pandemia. Al mismo tiempo, los niños vieron interrumpidos apoyos vitales como la escuela, los servicios de atención médica y otros sostenes comunitarios. Es probable que la pandemia aumentara la gravedad de muchos problemas como inseguridad alimentaria, niveles de estrés en el hogar y abuso de sustancias de parte de los padres. Esos son factores que los investigadores han vinculado con problemas de salud permanentes en los niños.

Tenga en cuenta que los niños más pequeños pueden no saber cómo hablar sobre sus sentimientos, pero pueden mostrar cambios en su comportamiento o desarrollo. Los adolescentes y los adultos jóvenes, en cambio, pueden tratar de esconder sus problemas por miedo, vergüenza o sentirse responsables de evitar ser una carga para otros. Los padres establecen el tono del hogar. Puede ser difícil mantenerse positivo, especialmente si usted está teniendo dificultades manejando su propio estrés pero trate de permanecer positivo y comunique mensajes consistentes de que un futuro mejor nos espera pronto. Explore técnicas de relajación, tales como yoga o el estiramiento. Saque tiempo para que toda la familia descanse, disfrute los momentos de sueño, una película o simplemente pasar tiempo juntos.

 

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